miércoles, 16 de diciembre de 2009

Lo que el viento a Juarez

Cesar Santoyo David
Platicando con un viejo amigo dedicado al comercio informal, me decía que a él en lo particular la crisis y los problemas del presupuesto junto con los impuestos, le tienen tan sin cuidado que si los suben o los bajan (¿bajen? difícil dijo el otro) a él le hacen lo que dicen que el viento le hizo a Juárez y si no lo crees, mejor leamos lo que nos platicó mi súper feliz camarada.
Para empezar nuestro héroe nos contó que tiene desde hace mucho, un carro onapafa, ha disfrutado ya algunos con este salvoconducto y en ésta ocasión se hizo de un auto muy bien cuidado, a muy buen precio, casi casi nuevo, muy cómodo, con un aire acondicionado que ya lo quisiera un 2010, además unos asientos que si te descuidas te duermes, está flamante porque todo le funciona y bien, y lo mejor es que no tiene problemas regulados porque si lo deja mal estacionado en doble fila con las puertas abiertas, circula en peligroso zigzag, se pasa un semáforo en rojo, o comete cualquier desacato, pues difícilmente le levantaran una odiosa infracción, ¿tenencia? ¡No hombre! …Este genio financiero ni se preocupa porque ni la paga y sí sale alguna otra obligación por ahí, pues nomas, nomas se sonríe y se va de lado; el caso es que este amigo, se la pasa muy bien porque además, como comerciante solo trabaja dos, máximo tres días a la semana, ya que tiene sendos puestos en algunos tianguis de Guaymas y Empalme y lo mejor de todo es que le va muy bien, lo que quiere decir que encontró la solución mágica a su manera de vivir.
Compra, vende y realiza operaciones comerciales a veces bastante lucrativas y tiene muchos consumidores, cierto que algunos son limitados económicamente, de esos que no gastan mucho debido a la crisis, pero son tantos los clientes que hasta le sobran y cuando no tiene lo que ellos buscan, se da el lujo de mandarlos con sus competidores ubicados en el mismo tianguis o por algún lado de la ciudad, por supuesto que tampoco se preocupa por pagar impuestos, quizás pague derecho de piso o algo de esas cosas de la cuota de los líderes (los ganones de siempre) pero de ahí no pasa y ahora ante la nueva modalidad de que cobran por depositar en los bancos; lo que gana lo deja en su casa muy bien escondidillo por ahí o sencillamente compra dólares y se acabó el problema, al fin y al cabo las financieras pagan una bicoca de intereses y eso sale hasta mejor; el grueso de los mexicanos nunca hemos sido ricos, tampoco hemos estado tan pobres como ahora, lo que indica claramente que la pobreza no es la gran razón para actuar fuera del ordenamiento porque estos recursos están siendo utilizados desde hace mucho tiempo, cuando la situación no estaba aun tan incierta
Y entonces viene la también odiosa comparación, la contraparte pues, porque de similar forma tengo otros amigos que se dedican propiamente al comercio aunque estos si están establecidos y por lo menos parece que pagan impuestos, pero de lo que si estoy convencido es que sus empleados tienen Seguro Social, derechos de INFONAVIT y algunas prestaciones mas, por cierto muy bajas no tan favorecedoras como las de los privilegiados burócratas, pero prestaciones al fin. También sé, que algunos de ellos tienen su buen carrito, unos del año, otros un poquito más viejitos pero de que pagan tenencia pagan y a veces bien cara, sin descartar las placas, la contribución para la Universidad, los Bomberos, la Cruz Roja y etcétera. En otras palabras, los mexicanos podemos vivir “legalmente” de dos maneras: una es pagando impuestos o por lo menos intentándolo y la otra definitivamente es vivir muy quitados de la pena sin ninguna presión, pero eso si categóricamente sin pagar ningún gravamen aunque si recibamos los servicios que nos proporciona el gobierno (no obstante y aun cuando algunos de estos sean deslucidos y muy escasos) Por esta razón y claro, por muchas otras más, los legisladores y el Presidente de México tendrán que ser muy cuidadosos en la toma de decisiones, con más razón a partir del 2010, esencialmente con la cuestión esa de los impuestos que entonces empezarán a tener efecto, simple y sencillamente porque la necesidad es enfermiza, tal y como una medicina que cura una cosa pero que daña otra, porque por el momento no nos queda mas y el pueblo muchas cosas puede aguantar menos el hambre. Ya no se puede jugar con esto, hemos tenido muchas contingencias a lo largo de este año: económicas, de salud, de decisiones, de gobierno frustrado, de corrupción, de narcotráfico junto con otras igual de severas y si las autoridades buscan soluciones donde principalmente y primero ellos se beneficien, dejando al pueblo pueblo en segundo término, las cosas seguirán mal y si siguen mal, entonces habremos de cuidarnos ya no de esas contingencias; si no de nosotros mismos.
El leve catarrito se convirtió en pulmonía y nos está aniquilando; tanto que apenas hace unos días, el premio nobel de la economía Joseph Stiglitz dijo que México fue el país que más pesimamente manejó ese asunto de la crisis, crisis que nadie entendimos ni entendemos todavía, pero que sí la soportamos y aunque el secretario de SEDESOL Ernesto Cordero diga que el premio Nobel no sabe lo que dice y hasta le recomendó a Míster Joseph “Leer un poquito más” nosotros los mexicanos si le podemos responder a Don Ernesto y a quienes son responsables de la economía del país, que como somos los que verdaderamente padecemos los trancazos ya estamos hartos de los errores que no, definitivamente, no tienen disculpa.

martes, 15 de diciembre de 2009

¿Y el Cesar?

Cesar Santoyo David

Oye Cesar (así me llamo yo) me preguntaba mi esposa a la vieja usanza sonorense de anteponerles el articulo él o la a cualquier nombre propio dando la impresión de una indiscreta falta de respeto, por cierto muy criticado por algunas personas, los que al oír dicha expresión sienten herida su civilidad.
Volteándola a ver con cierta admiración pues mi esposa conmigo de todo quiere hablar menos de política aunque después de darme un pequeño respiro, empecé a decirle algunas cosas para responder a su pregunta. Y lo primero que le señalé fue que Guaymas seguía igual o peor desde que empezó ésta nueva administración; aclarándole que los daños que causó el ciclón fueron muy graves y complicados y que aunque el gobierno que recién salió había dejado por lo menos la Avenida Serdán y la Calzada García López casi limpias, el resto del pueblo seguía tan sucio que parecía que nadie se preocupaba por ello. Sobre todo en las calles secundarias a pesar de que aquí hay tan pocas, Guaymas aparentaba ser un pueblo abandonado, le faltan banquetas y si las hay tienen muchos desniveles y están semi destruidas, muchos baches, mucho desorden urbano; la tierra acumulada en las guarniciones esperando ser retirada, las alcantarillas en la Avenida Yáñez y la Miguel Alemán (C-20) están tapadas aun de basura en las mismas rejillas, como para no dejar pasar el agua, cerros de tierra en muchas colonias y en otras más faltándoles esa tierra para tapar algunas destrozadas calles, mucho desconcierto en la circulación, debido a los derrumbes de casas cuyos escombros aun no han sido levantados, en otras palabras estamos en una situación apremiante aunque no exigente y aunque sabemos que parte de esto es una herencia milenaria donde algunos que por ahí pasaron le han echado la mano muy superficialmente y sin nunca llegar a fondo; todo parece inconcluso sin dirección, sin orden y así de esta manera las cosas siguen de mal en peor. por lo menos hasta ahora no se han sentido acciones efectivas, las que no se ven a pesar de que los empleados de Servicios Públicos Municipales ahí están ¿o no estarán ya?.
En los Ranchitos de San Carlos todavía no logran ordenar nada de lo que les corresponde; solo La CEA al mando de Blanca Camacho y su gente, han realizado magníficos avances sobre todo en lo que se refiere a agua potable, porque después de que las calles se convirtieron en enormes arroyos y sus moradores no podían llegar a sus hogares debido a las enormes zanjas y la tubería del agua potable estaba casi totalmente destrozada, logró casi sin fondos atacar con buenos frutos el problema, al grado de que la gente está tranquila y satisfecha y sobre todo con agua. Y volviendo al asunto del ayuntamiento, se sabe que los de la pasada administración, al parecer no les dejaron dinero (ninguna nunca ha dejado) pero lo que debe hacer es buscarla por donde sea y a donde sea, porque seguramente sola no va a llegar y la única manera a estas alturas es tocar puertas y tocarlas fuerte anteponiendo todo por mejorar a este percudido y deslustrado puerto.
Al parecer al Cesar le está faltando un poco de acción y los movimientos naturales que supongo deben hacer las personas encargadas del despacho presidencial: Actuar con rapidez y con mayor razón si el gobernador del estado está dispuesto a jalar parejo, tal y como lo está intentando el Diputado por Guaymas Otto Clausen Iberri (el viernes pasado nos percatamos de ello) al manejar la manera de tratar de conseguir, tanto ayuda técnica como dinero para devolverle al puerto lo que con el huracán se perdió, además de que argumentos para justificar esas peticiones sobran y es eso lo que nuestro Presidente Municipal necesita dar a conocer a quienes deciden el destino de estas partidas.
Pronto llegará el momento para determinar el presupuesto del 2010. Necesita Guaymas mucho de él porque por lo pronto es la gestión la necesaria, pues al parecer y hasta ahora los signos de que esto marchara honestamente, son de buenos augurios.
Al terminar de platicar mi esposa que no me había interrumpido para nada se me quedó viendo como bicho raro y alcanzó a decirme; pero ¿de qué estás hablando? por quien yo te estaba preguntado fue por mi hijo Cesar que llegó de viaje hace más de un mes y aunque cada rato me habla por teléfono, no ha venido a verme aun.

Vivir es algo mas que eso

En este México nuestro tan diferente tan disparejo, las cosas no han ido bien… no han salido bien; sobre todo en lo relacionado con la juventud, con los cientos de jóvenes y otros no tan, que por un lado ahora marchan como soldados sin disciplina y sin orden; esgrimiendo poderosas armas en sendos súper carros y con las bolsas llenas de dinero y seguramente llenos o ¿hinchados? de droga y estupefacientes.
Este desigual México tan sobresaltado donde nos estamos acostumbrando a escuchar y con mala suerte a ver o sufrir en carne propia, los contrastes de la irregularidad que rodea a esa gente que clandestinamente y también descaradamente maneja el narcotráfico; dañando los más templados sentimientos, empequeñeciendo los más grandes conceptos del compromiso natural, de ese compromiso que se adquiere originalmente al empezar a funcionar como conciencia y como razón.
Y por otro lado día tras día nuestros corazones se emocionan de terror al descubrir en los encabezados de los diarios, noticias que nos hablan del infortunio de muchos; de tantas y tantas víctimas; que seguramente en un México utópico pero deseado, mejor sería que hubiesen estado estudiando alguna carrera, o desarrollando alguna función de importancia normal.
Pero para lograrlo, todo tendría que cambiar, no solo los asuntos que suceden en la noche cuando la diversión mayormente ocurre y los que suceden en cualquier instante; como también nuestra forma de ser, de vivir.
Hay que darle a la vida otro sentido, no tan materialista, no tan egoísta. No imagino si la gente sepa que vivir es algo más que pasarla bien y ganar dinero, hay que tener un sentido más profundo de la vida. Todo se junta acusadoramente, cuando en un proceso en el que hay una dejación de la responsabilidad que los mayores debemos y debimos haber tenido y que tal vez no hemos funcionado como padres, maestros, sacerdotes, políticos o como gobernantes, quienes hemos fallado a la hora de señalar caminos y modelos a nuestros jóvenes; la culpa es de todos, de todos, de toda esta comunidad que ha roto amarras con los valores mas fértiles en perjuicio grave de las nuevas generaciones
Esta noche es tuya se escucha por ahí; una noche de movida, que no acaba ¡que nunca acaba!... cansancio y hartazgo la terminan al final cuando concluyen las resonancias del aturdimiento en los antros donde impera la triste trilogía de sexo, alcohol y droga, donde los menores van y vienen como por su casa. Esta sociedad donde se ha instalado el hedonismo a ultranza, la violencia como por necesidad (como lo vemos a diario a la salida de las escuelas) todo conjugado con un gregarismo sin medida que nunca se corrige…una sociedad en la que hasta la publicidad sirve a unos ideales colocados a ras de suelo y trata a la juventud como un conjunto de alocados sin freno y como idiotas y que les animan a beber y a ser como no se debe ser. Pero que luego la destruyen.
Parece que no hay alternativas para divertirse de otro modo, porque tal vez sientan que no hay grandes objetivos por los que merezca la pena vivir y luchar más que la diversión y el placer al contado.
Simple y sencillamente: “Vivir es algo más que eso”.